Toda una vida subiendo y bajando peso


Aquí estoy de nuevo con el firme propósito de bajar de peso y encontrarme más saludable, comer mejor y mejorar mi autoestima. He bajado ya unos kilos con la ayuda y supervisión del Dr. Almagro y me encuentro mucho mejor. Creo que muchos de los que sufrimos sobrepeso hemos pasado por el ciclo interminable de las dietas yo-yo. Esas que te dicen las amigas, con las que se pierde el peso muy rápido si comes solo determinados alimentos, las pastillas de todos los colores que se venden en farmacia y que se anuncian por televisión o te recomienda una vecina, los sobres, los batidos, las infusiones, y un largo etcétera, y que si consigues bajar de peso, lo recuperas rápidamente. Y ahí está el quid de la cuestión, y aunque lo sabemos, después de perder peso volvemos a comer como antes y recuperamos el peso de nuevo. Tenemos que aprender a cambiar nuestros hábitos y mantenerlos.
En mi caso particular, así ha sido siempre y aunque sé lo que debo comer, cuando y en qué cantidades, vuelvo a sufrir un estado emocional que me hunde y con él la forma de alimentarme. Es lo que yo llamo “hambre emocional”, que te hace comer lo que no debes cuando estás con el ánimo bajo y que no es un hambre real ni físico. Comes para recompensarte, para sentirte mejor, pero luego vuelves a sentirte mal, porque sabes que eso no te hace bien. Lo importante es saber porque pasa esto, detectar el problema, anticiparte a los bajones y tomar medidas, como pensar en otra cosa, hacer alguna actividad, salir a caminar, llamar a un amigo, escuchar música agradable o relajante,… y si no consigues controlarte en ese momento, no te castigues y vuelve a coger las riendas de nuevo lo antes posible y siente la satisfacción de que puedes controlarte, puedes retomar, y puedes mantener una dieta saludable. Que tampoco se trata de no poder salir a comer o a una reunión de amigos porque siempre hay opciones saludables.
¿Que es difícil? Pues sí. Pero, ¿quién dijo que la vida fuera fácil? Hay que ponerle ganas y tener claras tus motivaciones para perder peso. Cada uno tendrá las suyas, en mi caso me motivé por salud; las articulaciones no iban bien, me cansaba más al andar, perdía agilidad,… ¿Te suena? Lo que obtienes a cambio no es sólo ganar en salud, que no es poca cosa, sino que además ganas en autoconfianza, te encuentras más feliz y con más ganas de disfrutar de cosas que antes no hacías.
Espero que te sirva esto que estás leyendo. Encuentra tu motivación, enfócate en ella y coge las riendas de tu vida. ¡Vale la pena!
Carolina