ALIMENTOS QUE ADELGAZAN


No hay alimentos que adelgacen, así de rotundo. De modo que si no le interesa no siga leyendo.
La regulación del peso corporal es un entramado complejo, en el que intervienen múltiples factores, genéticos, hormonales, metabólicos, nutricionales, actividad física, psicoemocionales y sociales.
Existen muchas personas, que tienen un concepto erróneo, incluso irreal de que es adelgazar: No es otra cosa que disminuir la cantidad de grasa almacenada en el cuerpo. No es solo pesar menos. Se puede pesar menos por tener menos grasa, por estar deshidratado o porque desgraciadamente se le haya amputado una pierna y obviamente no tiene el mismo significado.
La grasa, el tejido adiposo, es un depósito, un almacén de energía del que dispone el organismo para utilizar cuando sea necesario. Lo que ocurre es que en nuestro medio y en nuestro mundo es muy difícil que se den esas circunstancias, a no ser que las provoquemos.
Los adipocitos son los operarios del almacén y son los encargados de guardar las grasa en sus tanques, además existe un centro de mando que los regula y controla para facilitarles su tarea. Las células grasas están entrenadas perfectamente para mantener sus mochilas bien repletas. Digamos que se les paga para eso, para mantenerlas llenas. Es su trabajo y lo saben hacer muy bien. Es un sistema de ahorro que funciona muy eficazmente.
Tan es así que resulta indispensable manipular todas las variables que intervienen a la vez (ingreso, gasto, metabolismo…), para conseguir vaciar algunas mochilas, y si queremos vaciar más mochilas está “manipulación” deberá ser mantenida en el tiempo.
Aunque esto que cuento debería ser conocido por todos, sigue habiendo personas, que erróneamente creen que por el hecho de comer lechuga y pescado ya deberían estar adelgazando. Es como si la lechuga (es un ejemplo) ejerciera una influencia lipolítica sobre el organismo. Es decir que la lechuga por sí sola vaciase las mochilas de los adipocitos. Desafortunadamente, no es así, y aunque es cierto que la lechuga es un vegetal con poco valor calórico y muy saludable. es un alimento más, con un aporte de calorías determinado, que añadir a la suma total y que no contraresta, lo miremos como lo miremos las calorias ingeridas en un pastel de chocolate (que es otro ejemplo), ambas pueden terminar en las mochilas de nuestro amigo adipocito.
El aporte calórico debemos valorarlo en un periodo de tiempo, por ejemplo en un día, y así todo los que vayamos ingiriendo procedente de los alimentos aportará su granito o montaña de arena a la suma total del día, y cuando a partir de un determinado momento, variable en cada individuo, se rebase la línea, los adipocitos sacarán sus mochilas y empiezan a almacenar.
Así pues, como decía al principio no hay alimentos que adelgacen. Lo único que tenemos son alimentos con contenido calórico diferente, mayor o menor, pero siempre con un aporte calórico positivo.
Con relación a esto sería conveniente aclarar el bulo de las “calorías negativas”, algo así como que determinados alimentos restan las calorías o energía sumadas por otros. Pues si esto fuera así. nos dedicariamos a comer cantidades industriales de esos alimentos milagros y las mochilas de nuestros adipocitos quedarían vacías, pues si y los Reyes Magos vienen de Oriente.
Pero si alguien quiere más información sobre las “calorías negativas” os aconsejo esta lectura del blog del nutricionista Juan Revenga:
Dr. Luis Almagro. Marbella.