¿DEBERIAMOS APLICAR LA LEY ANTITABACO A LAS COMIDAS POCO SALUDABLES?


Estudios recientes sugieren que tanto el sedentarismo como una dieta (entendiendo dieta como el modelo o patrón alimentario) poco saludable podrían ser un factor de riesgo para la salud, superior incluso a los efectos del tabaco o del hábito de fumar.
Numerosos estudios se publican todos los días en el mundo, y las conclusiones que se obtienen de ellos son muchas veces dispares, incluso contradictorias. Pero la ciencia y la medicina deben basar su rigor en esos trabajos, cuanto más mejor y cuanto mejor hechos e interpretados mejor, lo que no quiere decir que de un solo estudio, que además puede estar mal elaborado y extraidas unas conclusiones erroneas ya debamos hacer dogma de fe.
En este caso, lo que si parece cierto es que esos hábitos tan poco beneficiosos como el sedentarismo y la alimentación poco saludable, pueden llegar a compararse en su efecto perjudicial, a un hábito que ya a día de hoy nadie pone en entredicho que es un riesgo, incluso causa directa de muerte.
Esta claro que todas las investigaciones van en esa línea, y entonces cabría plantearnos, ¿qué actitud hay tomar? Si un alimento o producto alimentario es una bomba de grasas poco saludables, azúcares de los malos malísimos y sal (entre otras lindezas) ¿qué hacemos? ¿Dejamos que pueda ser vendido libremente? ¿Dejamos que un niño pueda comprarlo inconsciente o conscientemente en un supermercado? ¿permitimos su venta solo a mayores de edad? ¿advertimos en los envases que puede ser perjudicial para la salud? ¿prohibimos su venta?.
No es fácil, y además los intereses no están todos del mismo bando. Pero entiendo que es necesario empezar a abrir un debate serio, que conduzca hacía algún lado y adoptar soluciones concretas y adecuadas ya. No soy partidario de prohibir y además respeto la libertad individual mientras no afecte a los demás. Si apuesto por la educación, pero desafortunadamente me suena más a tópico, que a solución real. Aunque me gustaría destacar que en el caso del tabaco, ya sea por campañas, por leyes restrictivas, por impuestos o por lo que sea, se ha conseguido cambiar el modelo y la percepción general que se tiene de ese hábito. Por supuesto que hay quién sigue fumando, pero no creo que a día de hoy no haya un solo fumador que no sea consciente de sus efectos y que no se plantee en algún momento cambiar ese hábito. Al menos eso si se ha conseguido.
Entonces, ¿ por qué no esperar que con medidas adecuadas pudiera cambiar la percepción global y particular de la importancia real de una alimentación correcta y la práctica de ejercicio físico? , y al menos, así, plantearnos que si queremos vivir mejor cual es el camino a seguir.
Consulta Dr. Luis Almagro. Marbella.
Foto: Peta2