LA ACTITUD OBESOGENICA


Leyendo un artículo del nutricionista Juan Revenga en su blog, que por cierto os recomiendo (http://blogs.20minutos.es/el-nutricionista-de-la-general/) me surgió la idea de un concepto, la Actitud Obesogénica. No se si es mío, pero desde luego no lo había oído antes. Me explicaré, aunque iremos por partes.
Que el sobrepeso y la obesidad tienen un componente genético y hereditario es un hecho contrastado difícilmente discutible. Pero tampoco debemos pensar que los problemas de peso se heredan sin más. Se hereda, como tantos caracteres fisiológicos o patológicos una predisposición a serlo. Por ejemplo se puede heredar una cierta predisposición a ser inteligente pero si no se cultiva lo normal es que no se le saque partido a esa cualidad. Se puede heredar una predisposición al sobrepeso, pero si no hay balance calórico positivo en alguna fase de la vida, si no se come más de los que se gasta, difícilmente aumentarán los depósitos de grasa corporales.
En los últimos años el número de obesos se está disparando, y las modificaciones genéticas no se producen con tanta velocidad.
Por tanto qué hace que unos individuos, con determinados caracteres genéticos heredados sean obesos o no. O por el contrario qué hace que aquellos que han heredado una predisposición menor se conviertan en personas con sobrepeso. Pues algo tan sencillo como las circunstancias ambientales.
Estas circunstancias son muchas y muy variadas, e incidirán unas más y otros menos en cada una de las personas, pero en resumen conllevan un incremento del aporte energético y una disminución del gasto. Así como consecuencia de esto se produce el ahorro en forma de grasa de esa energía. La hucha no se llena si no se echan monedas ni si tampoco las sacamos.
Recientemente se ha definido lo que se llama el ambiente obesogénico. Algo así como que en el mundo que nos movemos, sobre todo en nuestro medio, en Africa menos, es más fácil ser obeso o tener sobrepeso que no. Debido, principalmente, a la sobrealimentación y a la disminución de la actividad física.
Por un lado la disponibilidad y accesibilidad a los alimentos es muy alta. Además de abundar los alimentos muy calóricos, altos en grasas y azucares, es muy fácil acceder a ellos, incluso barato. Basta ver supermercados, restaurantes y hasta gasolineras, antes en las gasolineras olía a gasolina y aceite de coche, ahora a pan y cruasanes.
Por otro lado nos encontramos con el otro lado de la balanza, la disminución del gasto físico. No se trata solo de que no vamos al gimnasio todo lo que debemos, incluso eso es lo de menos. Hace años no había gimnasios pero la actividad física era mucho mayor. El trabajo o el juego de los niños era más activo. El trabajo doméstico también lo era (tampoco es cuestión de volver a lavar la ropa en el rio, pero gastar gastaba más), no había ascensores, la ventanilla del coche no se subía con un botón, y para cambiar el canal de la tele no había mando, bueno tampoco había más canales, así que esto no cuenta.
Pero ese ambiente y esas circunstancias son para todos por igual, al menos como decía antes en nuestro medio, y no todos somos obesos. Pues aquí es donde entra la actitud obesogénica.
Me refería o me quería referir a la actitud individual frente al modo de comer y al modo de moverse. Las normas o pautas de conducta tanto alimentarias como de actividad física hay que aceptarlas. Es como las normas de tráfico, si te las saltas puede que no pase nada, pero también puede que venga el guardia y te multe, o lo que es peor, que tengas un accidente.
Hay que asumir como hay que comer habitualmente y que no se puede comer lo que se quiera cada vez que se quiera ni la cantidad que se quiera. “Es que a mi me gusta, es que está muy bueno” , pues ya lo se, pero…
Determinadas personas, muchas afrontan su comportamiento alimentario de un modo anárquico, creen que comer mucho, o comer a todas horas, es aceptable, es lo normal. Si tienen hambre comen, si tienen deseo comen. ¿Nunca os han dicho o habéis dicho a vuestros hijos cuando os dicen que tienen hambre, tendréis que esperar ya pronto estará la comida?. Unos hacen esperar y otros no, esa es la diferencia de actitud.
Tendríamos que hacer ejercicio, si o si, guste o no, en el gimnasio, en el paseo o jugando con los niños en el parque, yo que se, que cada uno haga lo que quiera, pero hay que hacerlo, es insustituible. Y esto hay quienes lo asumen y lo hacen, les guste más o menos, unos días de mejor grado y otros de peor, pero lo hacen y otros dicen que es aburrido o que no les gusta.
Pero esta actitud obesogénica no solo es importante como causa de obesidad, sino como dificultad a la hora de afrontar y resolver un problema de sobrepeso ya establecido.
En muchas ocasiones adoptan una actitud de dejadez o peor aún victimista. Como si aquello que les ocurre, no tuviera nada que ver con ellos. Su lenguaje esta lleno de argumentos exculpatorios. No hablo de culpabilidad sino de falta de responsabilidad. Hay que dejar de fumar, produce cáncer y enfermedades cardiovasculares, pero para conseguirlo hay que empezar por querer, es Actitud. Estas personas quieren que se les solucione el problema de un modo mágico. En modo alguno entienden que tenemos comprobado que tienen que mojarse, que implicarse. Por supuesto que no es fácil y que entre otras cosas es fundamental el apoyo, pero también hay que mirarse a si mismo.
La actitud es fundamental en la vida, en como la afrontamos. El esfuerzo es parte inherente a una actitud positiva, tanto en hábitos saludables, como en el estudio y en el trabajo. Obviamente ese esfuerzo tiene recompensa, siempre, a todos los niveles.
One Response to LA ACTITUD OBESOGENICA
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Me ha gustado mucho el tema del que escribes y el como, sobretodo.
Lo de las normas de trafico como ejemplo está muy bien!
lauperezab