Alimentos «sin azúcares añadidos»

Esta denominación viene utilizándose como reclamo comercial en frecuentes alimentos a los que no se ha adicionado azúcar en su elaboración, intentando conferir a dicho alimento características más saludables o incidiendo en que son menos calóricos que si llevasen esos azúcares añadidos. En la mayoría de los casos se cumple con la normativa legal y no se incurre en ninguna mentira, pero de ahí a cumplir con esas pretensiones de alimento ligero o adecuado para dietas de adelgazamiento hay un gran salto.
Aprovechando que es verano y que frecuentemente los pacientes nos preguntan en consulta acerca de determinados helados que han visto publicitados, vamos a usar los helados como ejemplo del uso de esa cualidad “sin azúcares añadidos” como foco de confusión, explicando razonadamente por qué a menudo no es lo que parece. Suele tratarse de helados de crema de leche, a veces recubiertos de chocolate o galleta en forma de “sándwich”, cuya etiqueta anuncia la mencionada frase.
Las calorías que nos aporta un helado de crema de leche vienen dadas por su bajo-moderado contenido en proteínas (cada gramo de las cuales aporta cuatro kilocalorías); por su contenido en hidratos de carbono, pudiendo provenir de hidratos de carbono complejos o almidones (como el caso de la harina con la que está confeccionada la galleta), o de hidratos de carbono simples, llamados también azúcares. En cualquiera de los dos casos, un gramo de carbohidratos aporta cuatro calorías. Pero nos falta el tercer nutriente que aporta las calorías en un helado: la grasa. Cada gramo de grasa aporta nada menos que nueve calorías, más del doble que los otros dos. Y precisamente esos helados cremosos que tanto nos gustan deben su cremosidad a la nata (=grasa) de la leche, que es al fin y al cabo la principal fuente de calorías en un helado. La nata es una grasa saturada, con capacidad de acumularse en las arterias subiendo el nivel en sangre de colesterol malo, por lo que es conveniente moderar su consumo para prevenir enfermedades cardiovasculares. En ocasiones se suman grasas de otros orígenes, a veces en forma de cobertura de chocolate o sucedáneos.
Así pues, el helado de crema que tomamos, no deja de tener un contenido calórico considerable, aunque no tenga azúcares añadidos, puesto que sí están presentes de forma significativa las muy calóricas grasas. Además, no deja de contener azúcares, ya que la leche, de forma natural, contiene un azúcar llamado lactosa, o las frutas, en caso de que las contenga, también aportan azúcar.
(En ocasiones el sabor dulce viene dado por la adición de edulcorantes sin calorías, pero a menudo esa denominación “sin azúcar añadido” o “sin azúcar” encubre una falsa verdad, puesto que se ha añadido fructosa en lugar del azúcar común. La fructosa es un hidrato de carbono simple con las mismas calorías que el azúcar, que se esconde en muchos alimentos denominados “aptos para diabéticos” aunque a día de hoy se sabe que a través de vías metabólicas indirectas, acaba alterando el nivel de azúcar en sangre y de forma secundaria elevando algunas grasas poco saludables, con lo que ha dejado de hacerse la recomendación de su consumo libre para los pacientes diabéticos.)
No obstante, y aunque son contados, hay determinados productos que, por sus características en cantidad de calorías y calidad de las mismas, nos permiten dar algunas opciones para hacer más llevadero el caluroso verano. En nuestro sistema de tratamiento para pérdida de peso, una vez conseguida cierta capacidad de control de impulsos, incluimos alternativas personalizadas que permiten abrir el abanico de opciones con las que poder sobrellevar estos meses y seguir adelgazando.
Clínica Dr. Luis Almagro. Adelgazar en Marbella