Fin de curso ¿Todo vale?


Estamos apurando los últimos días del curso escolar y en breve muchos padres se encontrarán con que su calendario vacaciones no coincide ni remotamente con el de sus hijos, con lo cual se rompe la rutina de horarios que marcaban los horarios de colegio y actividades extraescolares.
Fácil lo tenemos para caer en el caos de la desorganización de horarios para los niños, con no pocos quebraderos de cabeza para los progenitores al intentar hacer cábalas para cuadrar la jornada laboral con la atención de los hijos.
Desafortunadamente, cuando se da esta situación, lo más socorrido es encomendarse a la “supernany pantalla” en forma de televisión, videojuegos u ordenador, con tal de tener a los hijos controlados en un lugar bien delimitado y sin meter mucho ruido, a veces con la supervisión de los socorridos abuelos. Eso, sin mencionar el descontrol de comidas y la justificación del verano para permitir caprichos y excesos un día y otro.
Sin ánimo de hacer más crítica de esta situación ni de culpabilizar a padres y cuidadores por las consecuencias de esta dejadez vacacional, por otro lado comprensible, no podemos dejar de subrayar que las vacaciones escolares son muy largas, y si los adultos ya acusamos incrementos de peso en un fin de semana de excesos o un puente festivo, imaginemos las consecuencias en los niños de un fin de semana que se alarga más de dos meses.
Es cierto que muchos niños no lo acusan por mucho que se excedan, pero si tenemos un hijo con tendencia al peso alto, es necesario planificarse y establecer pautas de control, pues en caso de no hacerlo podemos encontrar un rápido incremento del peso en poco tiempo.
No debemos sentir lástima por el niño, ya que, al igual que hay niños que necesitan mayor motivación y supervisión para el estudio, otros niños necesitan más refuerzo en el control de las comidas. Y no podemos exigirles que lo hagan solos, necesitan de la ayuda y supervisión de adultos responsables.
Clínica Dr. Luis Almagro. Marbella.