El carro de la compra


Articulo publicado en la Tribuna de Marbella
Tres son los pilares fundamentales para una alimentación correcta y equilibrada. A saber: una adecuada elección de los productos que van a conformar nuestro menú, una cantidad razonable de los mismos y una apropiada forma de prepararlos. Esto debiera ser la base en la mayor parte de las comidas, al menos de un 75% de las mismas, salvo indicaciones específicas ante problemas de salud o sobrepeso.
Nos referiremos hoy a la elección del producto, esto es qué compramos y, por tanto, qué comemos.
Hagamos un ejercicio de imaginación. Para ello visitaremos mentalmente cualquier supermercado o gran superficie y analizaremos su oferta.
Una gran parte de sus estanterías están dedicadas a ofrecer productos tales como: Snacks y aperitivos salados, salsas, bollería industrial, embutidos, derivados cárnicos, productos precocinados o congelados precocinados, postres industriales, refrescos, zumos industriales, bebidas alcohólicas, etc.
Como reflejo de ello, no hay más que comprobarlo, valoremos los carros de la compra y observaremos que en una gran mayoría, el porcentaje de estos productos supera el 50%. Es decir, al menos el 50% de lo que compramos no son productos que debieran formar parte habitual de nuestra dieta.
En general se trata de la pescadilla que se muerde la cola (por cierto un magnifico producto), ¿que fue primero la oferta o la demanda? Da igual, y quizás hayan ido paralelas.
El peligro no está en ofrecer el producto, no debemos considerar que el secreto esté en prohibir, porque al final tendríamos que prohibirlo casi todo. El problema está en la mala elección y esta es reflejo de la educación nutricional, algo ausente en nuestro país, y posiblemente en todos los demás.
No es que antes se supiera más, al contrario. Hoy somos algo más conscientes de las consecuencias de una mala alimentación, pero antes la elección solía ser mejor, entre otras cosas, por una menor oferta de ese tipo de productos.
En fin, diversifiquemos la oferta todo lo que queramos, y seamos libres al elegir, pero siendo consecuentes con lo nos va en ello.
Dr. Luis Almagro. Marbella