EL EFECTO REBOTE


Cualquier persona que ha seguido un programa de tratamiento para bajar peso conoce lo que denominamos como efecto rebote. Se trata de una ganancia de peso y grasa rápidos, a veces no sólo a los valores iniciales sino en ocasiones superándolos.
Son muchos los factores que intervienen en éste efecto:
Durante la fase activa de tratamiento, aquella en la que se produce disminución de peso y grasa corporal, hay que producir un balance calórico negativo, con objeto de disminuir las reservas de grasa, lo que por otro lado, significa una disminución de recursos para el organismo. A pesar de que esa energía almacenada, carece de interés en nuestro medio, pués difícilmente nos vamos a ver en una situación en la que no dispongamos de comida suficiente para cubrir de sobra nuestras necesidades, el organismo, para evitar esa disminución de la reserva actúa disminuyendo el gasto diario. Es lo que podríamos considerar una adaptación del metabolismo a la baja ingesta y que se produce también en situaciones como hambrunas o huelgas de hambre.
Además de eso, existe una tendencia compensatoria a volver al nivel corporal de grasa superior, al mismo nivel anterior, como si hubiera una especie de efecto memoria, sobre todo si no ha transcurrido el tiempo suficiente en el nuevo nivel.
Pero generalmente, e independiente de esos factores orgánico-metabólicos o involuntarios, la mayor parte de los factores son de tipo voluntario o comportamental:
Abandono drástico de las prácticas nutricionales recomendables, bien por saturación o cansancio psicológico, bien exceso de confianza sobre las consecuencias de los excesos.
Para evitar el efecto rebote, es muy importante tener en cuenta :
– Hay que conocer y medir las necesidades diarias de energía de cada individuo, sobre todo si tiene tendencia a la ganancia de peso. En nuestra clínica disponemos de medios para hacerlo.
– El final de la fase activa (pérdida de peso) del programa debe ser gradual. No se puede pasar de una dieta muy restrictiva a un modelo descontrolado.
– Hay que asumir que el peso se mantiene si se controla, y se mantienen las pautas alimentarias y de actividad física acorde con las características personales.
– Cada uno debe conocer sus pautas alimentarias y de actividad física recomendadas y mantenerlas al menos el 75 % de los días de un periodo: esto significa al menos 5 días por semana, 22-23 días por mes o 273 días por año.
No podemos comer siempre en exceso, ni en cantidades, ni en cuanto a los tipos de comidas, si no asumimos estas premisas difícilmente podremos librarnos del efecto rebote.