En los intervalos está la progresion…y el inicio





Aún siendo cierto que es saludable hacer ejercicio a una intensidad moderada y estable, hay que tener en cuenta que nuestro organismo, por pura economía, no hace más gasto que el imprescindible, de modo que no se molesta en cambiar si no le pedimos nada distinto.
Llevado a un ejemplo, si una persona es capaz de caminar a un ritmo de cinco kilómetros por hora durante una hora, una vez logradas las adaptaciones cardiovasculares y musculares que le permiten cumplir esta acción, su cuerpo no va a invertir en mejorar más… a menos que se lo exijan.
La forma de hacerlo es someterlo a incrementos de intensidad recortados en el tiempo. De nuevo volviendo al ejemplo, si ese caminante desea ser capaz de andar más rápido toda la hora, deberá incorporar en su paseo pequeños intervalos de marcha más rápida, alternados con otros a ritmo habitual, de forma que, poco a poco, su cuerpo hará cambios que le permitan mantener el ritmo más elevado de forma sostenida.
Pero el uso de intervalos tiene otra utilidad además de la de mejorar el estado de personas ya en buena forma física. Para las personas con poca tolerancia al ejercicio, y entre ellas las personas con exceso de peso, incluir pequeños intervalos de intensidad algo más alta en su sesión de ejercicio, permite, además de una progresión más rápida en su consecución de un buen estado de forma, un incremento del gasto calórico por sesión.
De este modo, treinta minutos de ejercicio dan mucho más de sí cuando, tras unos primeros minutos de acondicionamiento, incorporamos intervalos más intensos de uno a dos minutos intercalados con el ritmo de base. Obviamente, el grado de intensidad durante estos intervalos ha de ser asequible para permitir completar la sesión sin detenerse.
Prueben a realizar durante su caminata diaria aceleraciones de uno o dos minutos (también puede seguir una referencia espacial, como la distancia entre tres farolas del paseo) manténgalo durante tres semanas y ya verá como tiene tiempo para llegar cada vez un poco más lejos.
Clínica Dr. Luis Almagro. Marbella.